Becario= Paolo Nájera Rivera
Objetivo del proyecto= Enseñar el uso tradicional de plantas medicinales, enfocado en la preparación del Ibí Duró la cual es la preparación más compleja de la herbolaria tradicional Brörán
Reflexión final=
Este proceso representó un reto en varias direcciones que responde justamente a los retos que tienen los saberes medicinales de muchos pueblos originarios, en el caso del pueblo Broran de Térraba donde existió un proceso de erosión de saberes botánicos implicó recurrir a la persona que no solamente cuenta con el conocimiento, sino que también cuenta con un espacio dedicado a la preservación y el cuido de la naturaleza, así como el estudio de las plantas medicinales. También se debió entender que los volúmenes de medicina que hay en los bosques están limitados y dependen del uso que se les dé; la sobre explotación de estos mismos recursos puede atentar contra el saber y la salud, por tanto, se deben hacer usos responsables, así como identificar espacios en el territorio donde aún existan sitios libres de químicos.
El compromiso de los 7 jóvenes que acompañaron hasta el final el proceso fue vital, desde un inicio cuando se les invitó a ser parte de este proceso se les explicó que debían estar presentes ya que los saberes que se compartirían en cada sesión son parte de un compendio de saberes que juntos representan uno se los secretos botánicos más resguardados de nuestro territorio, y que ellos y ellas se estaban convirtiendo en depositarios de este saber y entendían lo que esto implica, que cuando el portador de conocimiento no pueda más llevar a cabo este proceso son ellos los que deberán realizarlo, por lo tanto, ese saber heredado ahora les pertenecía. Al igual que en las demás tradiciones las personas que manejan los saberes botánicos son altamente valoradas y en este caso no es la excepción, por tanto este proceso se debía desarrollar de la manera más parecida a la tradicional.
En este sentido nos gustaría agradecer a el Ministerio de Cultura y a la Dirección de Gestión Sociocultural ya que existió el acompañamiento, pero también se dio la apertura para poder desarrollar este proceso desde nuestra metodología tradicional.
Que las personas que llevaron este proceso sean jóvenes y que los que acabaron el proceso sean una cantidad mayor de la esperada inicialmente nos da pie a decir que este saber está a salvo y pasar de una persona a 7 que guarda este saber es un indicador de salud para nuestra tradición, ya que el saber botánico no es solamente curarnos físicamente sino también los muchos cientos de años que tardo nuestro pueblo perfeccionando este saber y como lo preservaremos para la gente del futuro.